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Vigilias, conmemoraciones y actos de recordación se planearon en todo el mundo el lunes por el primer aniversario de los ataques de Hamás contra Israel, pidiendo el fin del antisemitismo y la liberación de los rehenes israelíes.
El sorpresivo ataque transfronterizo del año pasado, en que murieron unas 1.200 personas, tomó desprevenido a Israel durante una importante festividad judía, quebrantando el sentido de seguridad de los israelíes y dejando a muchos países, que de antemano estaban nerviosos por la invasión rusa de Ucrania, enfrentando la posibilidad de otra conflagración bélica en el Oriente Medio.
Las naciones de Europa, hogar de muchas comunidades judías y musulmanas, han tratado de sofocar los ánimos antisemitas y antiislámicos luego del ataque del grupo Hamás y la subsiguiente represalia israelí en Gaza, que ha matado a unas 41.000 personas y ha desplazado a unas 1,9 millones.
El Vaticano conmemoró el aniversario recaudando fondos para el pueblo de Gaza y publicando una carta del papa Francisco en que expresa su solidaridad con los católicos de la región.
Francisco no mencionó a Israel, a Hamás ni a los rehenes en la carta fechada el 7 de octubre. Mencionó que el año pasado fue prendida “la mecha del odio” y la subsiguiente espiral de violencia, insistiendo en que lo que se necesita es diálogo y paz.
“Estoy con ustedes, pueblo de Gaza, desde hace tiempo atribulado y en dificultades. Están en mis pensamientos y mis oraciones a diario”, escribió el pontífice.
Luego de unos comentarios que enojaron a Israel a inicios del conflicto, el papa ha tratado de mantener un tono equilibrado. Pero recientemente ha sugerido que Israel ha estado usando una fuerza desproporcionada e “inmoral” en Líbano y Gaza.
Dijo que particularmente está cerca de quienes se han visto obligados a huir de sus hogares y refugiarse de las bombas, y de las madres que lloran a sus hijos muertos y los que “temen alzar la mirada por temor al fuego que llueve del cielo”.
La cancillería alemana en Berlín estaba adornada con una cinta amarilla, símbolo del deseo de que sean liberados los rehenes israelíes tomados por Hamás, de los cuales unos 100 siguen en cautiverio y muchos de los cuales podrían estar muertos.
Se leyeron en voz alta los nombres de cada una de las personas asesinadas y tomadas como rehenes en el ataque, frente a la Puerta de Brandeburgo en Alemania a partir de las 5:29 de la mañana hora local, la hora exacta que empezó el ataque un año atrás.
El canciller alemán Olaf Scholz, dirigiéndose a “nuestros queridos amigos en Israel”, declaró: “Los acompañamos en su sentimiento … nos plantamos a su lado”.
Pero también mencionó el sufrimiento de los palestinos en Gaza y expresó que “la experiencia diaria de violencia y hambre no es una base sobre la cual pueden crecer cosas buenas”.
Scholz, ante una conferencia en Hamburgo, dijo que Alemania está tratando de lograr un cese al fuego y la liberación de los rehenes y “un proceso político, aunque esté hoy más lejos que nunca”. Afirmó que el objetivo debe ser una solución de dos Estados y que ello es sólo posible si es evitada una conflagración regional más amplia, añadiendo que Hezbollah e Irán deben cesar sus ataques contra Israel.